Acostado en las montañas
el sol tan bajo que puedo mirarlo.
Verano.
El más fresco de mi vida
al alcance de mi memoria.
Recuerdos.
De un amor estival, del refugio en un portal,
de tardes en remojo, de arena, brisa y mar.
Sabor.
El de todos los helados.
Tiempo.
Pasa y me acerco a los treinta años.
Siento.
La plenitud de la vida recorriendo mi cuerpo.
Comprendo.
Por primera vez
lo que siente la gente que tiene miedo
a
Morir.
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Mis palabras te han abierto las puertas de lo que soy, ¿acaso no sería justo que dijeses ahora qué sientes tú?