domingo, 5 de mayo de 2013

A mi madre

 Querida mamá:

 Sólo quería avisarte de que soy perfectamente consciente de que el comportamiento de este ¿hombre? que se hace llamar "tu hijo" no le hace en absoluto justicia a lo que inevitablemente es: ¡tu hijo!

 Todos sabemos que nunca he sido un ser humano ejemplar (ni siquiera he servido de mal ejemplo), y hoy me apetece que sepas que eso no significa que no esté plenamente enamorado de ti y de todo lo que tú significas. Ah, ¿que no sabes qué significas? (Claro, idiota de mí, si nunca te lo he dicho realmente). Significas protección, seguridad, tranquilidad. Significas cariño, paz, amor. Significas sonrisas, diversión, felicidad. Significas el pelo despeinado más bonito, la mirada más sincera, los abrazos sin los que no podría vivir. Significas quedarse dormida viendo una película de acción, conversaciones interminables y a veces, lo que debo y no quiero ser.

 Sabes que, entre otros muchos, uno de mis defectos es el de no entender el mundo, y a veces mi forma de expresarlo no es la más adecuada (en realidad no sé si a veces o siempre); pero también sabes que una de mis mayores virtudes es que aprovecho la menor chispa de esperanza para prender toda mi vida de felicidad; y que volveré a encontrar esa chispa que perdí hace ya tiempo.

 Sé que algún día dije que no me tenías que haber tenido, que no elegí venir al mundo, que no me preguntaste si quería estar aquí; y también sé que creíste que lo pensaba de verdad. Perdóname, mamá, aún no había conocido el valor y poder de las palabras. Ahora sí, ahora sí lo conozco, y las utilizo para amar a quien no me deja en el mundo real, y para dar mi opinión cuando el sistema la considera peligrosa (el papel y el boli no me han censurado hasta el momento). Así que aquí desde mi pozo de sentimientos y ahora en pleno conocimiento de las consecuencias de mis palabras, anuncio gritando al mundo entero: 

¡GRACIAS, GRACIAS MAMÁ! Gracias por haberme dado la vida: si no hubiese sido por ti nunca habría conocido la tristeza (¿y cómo distinguiría entonces la felicidad?); gracias a ti tengo días malos, las cosas no me salen como quiero, me frustro; gracias a ti la gente me falla, me siento solo, lloro; gracias a ti conozco la miseria que se come el mundo, la maldad de algunas personas, la humanidad me decepciona; gracias a ti sé lo que es el lado oscuro de la vida, y sin embargo no la cambiaría por nada en el mundo, ¿sabes por qué?, porque tú me has enseñado el lado brillante, feliz, por el que merece la pena luchar.

 Por favor, no dudes que vivir es lo mejor que nos ha pasado. Te quiero y por lo tanto me quiero, porque somos uno, mamá; uno que tenía tanto que ofrecerle al mundo que no entró en una sola persona.

 Hay veces que las palabras no tienen significado alguno en comparación con lo que se quiere decir con ellas, y como si por repetir ésta infinitas veces expresara mi agradecimiento, 
G R A C I A S

Y es que en qué cabeza entra pretender expresar el agradecimiento que se le tiene a una madre.



No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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