martes, 30 de abril de 2013

Resumen de mi vida, o lo que es lo mismo, resumen de ti

 Hoy, como todas las mañanas, me he levantado preguntándome a qué se debe mi existencia, y he pensado que quizás estas palabras sean la respuesta:

 Tengo todo lo que realmente necesito Y MÁS. Cada día me propongo aprender a ser feliz con ello y hago un repaso de toda la buena suerte que he tenido y tengo en la vida; me pregunto si cambiaría todo eso por algo y es entonces cuando tu imagen proyectada inmediatamente en cada rincón de mi mente derrumba por completo todos mis planes de ser feliz con lo que tengo (que no es poco, es demasiado), porque lo cambiaría todo sólo porque tú me amases; dejando todo mi ser en ruinas entre las que sólo sé distinguir una verdad: seguramente no seas el amor de mi vida, pero a mí ahora me lo parece, y aún no he encontrado algo tan real como el ahora y el amar.

 Sí, estas palabras eran la respuesta: nací para creer durante 17 años que estaba viviendo, te conocí para descubrir lo que era estar vivo de verdad, sufrí tu desamor para saber lo que es morir, y pese a todo no dejé de amarte para ignorar que estaba muerto; ahora finjo seguir vivo, inventado una esperanza que me cuenta que algún día resucitaré.

El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria,
no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses,
no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. No se regocija por la injusticia,
sino que se regocija con la verdad. Todas las cosas las soporta, todas las cree,
todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla. 

(Nuevo Testamento, Hechos de los Apóstoles.
Primera Carta de San Pablo a los Corintios, capítulo 13: versículos del 4 al 8)

—¿Resucitaré?
—Fe.

martes, 16 de abril de 2013

F.R.U.S.T.R.A.C.I.Ó.N

 Te quiero, te adoro, te amo. Maldita sea. No sé qué me pasa. No puedo olvidarte.
No puedo. No puedo. Quiero pero no puedo. Dios. Eres el puto amor de mi vida.
No puedo vivir sin ti. Odio que mis sentimientos suenen a frases hechas,
pero es que no puedo vivir sin ti. No quiero vivir sin ti. ¿Qué voy a hacer sin ti?
Joder. Joder. ¿Por qué no puedo parar de llorar? Te quiero, te adoro, te amo.
¿Por qué? ¿Por qué si sólo me has hecho daño? Me odio. Te amo. Te juro que te amo.
Si nadie te va a querer como yo, ¿por qué no me quieres tú a mí también?
Dios. Te odio. Odio que no te des cuenta de que mi felicidad eres tú.
¿Por qué no quieres que sea feliz? No puede ser. No puede ser. No puedo vivir sin ti. Maldita sea. Ayúdame a darme cuenta de qué debo hacer, de qué puedo hacer. Joder.
Te quiero, te adoro, te amo. Te juro que te amo...

sábado, 13 de abril de 2013

El beso

Cierro los ojos. Se me humedecen los labios. Una especie de agujero negro nace indómito en mi estómago. Absorbe todos mis pensamientos, recuerdos y sentimientos. Los concentra en un punto con complejo de dinamita que se me antoja ansiosa de explotar y hacerme volar por los aires. La prendes. Parpadeo y ya es demasiado tarde: estoy flotando, en el cielo, rodeado de nubes y azul. El peso de todo lo que no pesa condensado en mi mitad me hace descender al mundo real, abrir los ojos —aunque creo nunca antes haberlos tenido tan abiertos— y descubriros sonrientes ante mí: a ti y a tu beso.



miércoles, 10 de abril de 2013

Consejos idiotas e idiotas que dan consejos

—¿Adónde has ido esta vez? ¿Dónde has pasado la noche?

—Al guardamuebles abandonado de la montaña, desde allí casi no se ven las luces de la gente que es feliz.

—¿Por qué te fuiste sin decirme nada? Sabes lo peligrosa que es la montaña por la noche.

—Si te lo decía vendrías conmigo, y entonces tendría que haber aguantado toda una noche las ganas de llorar, haber fingido que todo iba bien; y de eso ya estoy demasiado cansado.

—¿Lo de siempre?

—Lo de siempre.

—Joder, ya está bien. No hay que quedarse lamentándose de uno mismo, hay que dejarlo o luchar; y creo que tú ya has luchado demasiado.

—¿Qué? Ninguna lucha es demasiada cuando la victoria significa la única forma de ser feliz. Y sí, me lamento, porque sólo así puedo pensar en él; y eso, eso es lo único que a día de hoy me compensa el sufrimiento en el que se ha convertido vivir así, tan lejos de sus abrazos.

—Pero no tiene sentido que cuando más necesites a alguien, te aísles.

—Cuando más necesito a alguien es cuando el único alguien al que de verdad necesito y que realmente puede ayudarme, no está. 

—Y podríamos estar los demás, pero no nos dejas.

—Y podríais estar los demás, pero ninguno de vosotros sois la razón de mi existencia.

—Pero te queremos y nos preocupamos por ti. Y queremos ayudarte y que seas feliz. No nos lo pones nada fácil. Buscas la soledad y luego lloras porque te sientes solo. Dices que necesitas cariño, pero privilegiado el que consigue de ti respuestas que no sean bordes y tengan más de dos palabras. La gente, incluso los amigos de verdad, se cansan; y vas a acabar perdiéndonos a todos.

—Si estoy solo es de él, si necesito cariño es el suyo; pero tampoco espero que lo entendáis. Gracias por intentarlo pero no me ayudáis. Aconsejáis como si vosotros fueseis los que sentís, como si vosotros fuerais a sufrir las consecuencias de la decisión que aseguráis que es la adecuada. Nadie me puede entender, he visto películas y escuchado canciones de amor, bodas y relaciones por todas partes, y estoy seguro de que nadie puede entenderme, porque desde luego, aunque todos lo crean, nadie ha estado realmente enamorado.

—No eres el único que tiene sentimientos. Lo sabes, ¿no?

—Sí, pero sí que soy el único que no los abandona cuando no le hacen feliz.

—¿Porque no puedes o porque no quieres?

—Porque me parece injusto dejarlos tirados por los suelos a la más mínima de cambio cuando un día fui feliz gracias a ellos.

—¿Y qué hay de la vida que te estás perdiendo?

—Préstame ganas de vivir.

—Ehm... esto... lo siento, me tengo que ir.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

Entradas populares

A partir de hoy...

A partir de hoy...
- Ligia García y García