sábado, 13 de abril de 2013

El beso

Cierro los ojos. Se me humedecen los labios. Una especie de agujero negro nace indómito en mi estómago. Absorbe todos mis pensamientos, recuerdos y sentimientos. Los concentra en un punto con complejo de dinamita que se me antoja ansiosa de explotar y hacerme volar por los aires. La prendes. Parpadeo y ya es demasiado tarde: estoy flotando, en el cielo, rodeado de nubes y azul. El peso de todo lo que no pesa condensado en mi mitad me hace descender al mundo real, abrir los ojos —aunque creo nunca antes haberlos tenido tan abiertos— y descubriros sonrientes ante mí: a ti y a tu beso.



No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García