viernes, 20 de septiembre de 2024

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La urgencia de un beso, de un abrazo, de un te quiero (pero de los de verdad).

La urgencia de amar y ser amado, de cuidar y ser cuidado.

La urgencia de un familiar, de un amigo de toda la vida, de los que no conocen quien eres ahora y creen que te has convertido en lo que una versión lígrima y ya irrecuperable de ti prometía.

La urgencia de rendirse cuando has aguantado más de lo que podías.

La urgencia de huir cuando te quedaste, aún sabiendo que no querías seguir ahí.

La urgencia de salir a un espacio infinito, de sumergirse en la inmensidad del mar, de arriesgarse a naufragar... A cambio de encontrar tu hogar.

La urgencia de volver a casa. Y saludar desde un lugar inalcanzable.

Porque nunca es demasiado pronto para buscar la felicidad.



No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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