domingo, 2 de febrero de 2014

Indescripción

Fíjate.

A ti al menos te quedan palabras con las que expresarlo.
Y a mí no me alcanzan desde hace ya tiempo.

Mírame.

Sentado frente a un folio en blanco, boli en mano y tú en mente.
Sin hallar el modo de decirte. ¿El qué? Si ni lo sé.

Escúchame.

Aunque no diga nada, aunque sólo se oiga mi respiración entrecortada.
El silencio es lo que encuentro cuando busco cómo describirlo.
Sin palabras. Como tú me dejas.

Tócame.

Que recuerde que eres real. ¿Eres real? Me da igual.
Sé que sí lo es lo que siento.

Bésame.

Quítame esta rabia que me supone tener la boca libre
y no estar utilizándola para decirte
cuánto te quiero, cuánto te necesito,
cuánto te echo de menos...
Que los sentimientos brillen por su indescripción
y nuestros labios caigan por su propio beso.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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