domingo, 21 de octubre de 2012

A mi yo del futuro

 Querido Sankt del futuro:

 ¿Qué tal por allí? Espero que genial. Aquí en el pasado se tiene de todo (comida, casa, familia, amigos, "dinero", salud, etc) menos de lo único que realmente hace falta: su amor. Deseo con todas mis fuerzas que hayas entendido de una vez que él nunca te amará; que te hayas rendido e incluso que no sepas ni de quién te estoy hablando. Pero como nos conozco demasiado bien —a ti y a mí—, sé que aún no le has olvidado, ¿verdad?; que aún sigues esperando, que lo sigues queriendo cada día más, que eres el mismo loco de amor que soy yo ahora, pero con unos cuántos años más.
 ¿Cómo está él? Dime que bien, por favor. ¿Sigue con el otro?, ¿siguen enamorados?, ¿han vencido por fin la distancia?, ojalá sea así. 
 ¿Hablas con él?, ¿sabes si es feliz? Claro que sí, necesitas saberlo, necesitas que lo sea... En ese caso, espero que lo sea mucho, porque eso significaría que tú también.
 Y bueno, tú, ojalá hayas aprendido a descentralizar tu vida de él, a ser feliz con las pequeñas grandes cosas de la vida, esas que son gratis, esas que antes solían hacerme la persona más feliz del mundo.
 Si todo va bien no contestes, si algo va mal házmelo saber en cuanto recibas esta carta. Y sobre todo lucha, sonríe, vive y nunca olvides el Sankt que ambos fuimos algún día. 

 Un saludo, ten cuidado.

Postdata: abraza a mamá.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García