Olvidarte se ha convertido en el camino más rápido y corto a pensar en ti: te veo desde por la mañana, en cada "buenos días" de cualquiera; en nuestra pulsera; en la camisa que llevaba aquel día cada vez que abro el armario; en los cereales que un día te sonrieron; en el nesquick; en mis ojos cada vez que me miro al espejo; en mi pelo cuando me peino, que echa de menos tus dedos despeinándolo; en el calendario, en el martes 11 de Septiembre; en cada canción de mi mp3; en cada poema de Cernuda; en cada uno de los 23400 segundos que estoy en el instituto, mirando a la pizarra pero consiguiendo verte sólo a ti; en cada rostro blanco coloreado con mofletes achuchables y rosados; en cada intento de huida de la realidad de mis párpados; en cada oscuridad; cada maldita noche en cada maldita luna; en cada abrazo falso; en cada pareja jugueteando, besándose; en cada persona feliz que me cruzo por la calle; en cada ducha; en cada sueño, en cada pesadilla...
He intentado olvidarte pero no puedo. ¡Maldita sea, te juro que no puedo! He querido huir de esto, por los dos. He querido vivir mi vida, ¡pero es que mi vida eres tú! Y yo así no soy capaz de ser feliz: sin ti. Por eso sueño con un "contigo" que sé que nunca llegará pero que es el único motivo que encuentro cuando pienso "¿por qué vivir?". Por eso te quiero recordar que sigo esperando, aunque en silencio, a que tu corazón cambie de opinión. Y si eso nunca pasará, que se pare el mío.
P.A: me sigo preguntando qué duele más, si el echarte de menos de esta manera o el tener que conformarme con tu amistad. Lo siento, lo siento muchísimo, de verdad, pero ya no puedo más...
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Mis palabras te han abierto las puertas de lo que soy, ¿acaso no sería justo que dijeses ahora qué sientes tú?