domingo, 13 de enero de 2013

Un Pokémon evolucionando y un Pollo excavador

Querido tú, o yo (ambos sabemos que al fin y al cabo viene a ser lo mismo):

 Se comenta por ahí que todo ha cambiado y seguirá cambiando, y que tanto cambio ha acabado por cambiarte a ti también. Todo lo que tengo para decirte es: bienvenido, amigo, a la vida misma, a la cruda realidad: cambios, ilusiones, cambios, decepciones, cambios, conformismos, cambios, etc., y así.

 Dices que estás cansado de miles de cosas que te hacen pensar en un final, en huir, en tirarte a la cama y hundir tu cara en la almohada; que ni si quiera eso te sale, que te has olvidado de cómo llorar. Enhorabuena, lo has conseguido, has pasado de nivel. Puede sonar cómico, pero hablo completamente en serio. ¿Acaso conoces a algún pokémon que sin nada de entrenamiento y desde el principio fuera del nivel 40? No, claro que no.

 Te diré que no eres más frío, ni más piedra, ni has dejado de ser persona. Tu cuerpo no miente: sigues siendo tú, sólo que un poco más fuerte. Y prepárate, porque aún nos queda mucho camino y muchos niveles de los que subir. Sí, he dicho "nos", porque entre todos esos cambios que han sucedido en tu vida estoy yo, y pienso ser un cambio de los que llegan para no irse; un cambio que no cambia, que se queda para siempre.

 No eres inútil. Bueno, sí, un poco sí, porque a los 17 años hay que poner el piloto automático y dejarse llevar un poco, y tú pretendes llevar el control más de lo que puedes y debes. Deja de reflexionar, de darle importancia a lo que los demás opinan de ti. Para de mirarte a ti mismo y empieza a serlo. Quítate de una vez el sombrero de pensar. Prueba a hacer sin querer lo que quieres de verdad. Eso es, mírame, di tu nombre en voz alta. Quítate de una vez las gafas de intelectual, el cristal deja ver cuánto lloras ahí detrás. (...) Quítate de una vez los zapatos de escapar, siente el suelo en tus pies, es momento de avanzar. Eso es, ponte en pie, quiero oír cómo te llamas.

 Tengo una pala con forma de momentos a tu lado para vaciar esos huecos que te hacen sentir vacío y que ahora se están llenando de odio, sufrimiento, incomprensión y soledad para volver a llenarlos de lo que un día estuvieron a tope: amistad, alegría, fuerza, amor (aunque esto último no me corresponde a mí, sabes que cuentas con la excavadora perfecta: ella) Hoy te apetece ser feliz, lo que no sospechas es que a mí también, y que juntos vamos a conseguirlo.

 Es curioso, porque ahora mismo a ti sólo te apetece un abrazo; y a mí, sólo me apetece abrazarte.







P.D: Tú simplemente eres raro, pero no te preocupes, yo también lo soy, y no se está tan mal.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

Entradas populares

A partir de hoy...

A partir de hoy...
- Ligia García y García