sábado, 19 de enero de 2013

20 de Enero

19 de Enero, 2018; 23:23

 Llené de libros mi maleta, también de fotos tuyas de antes. Cogí un tren que no dormía.

20 de Enero, 2018; 5:26

 Y en el momento que vi tu mirada buscando mi cara, la madrugada del 20 de Enero saliendo del tren, me pregunté qué sería sin ti el resto de mi vida. Mi sonrisa te llamó y saltaste de andén en andén hasta llegar al 23. No sé cuánto tiempo estuvimos mirándonos así, como si encontrásemos uno en el otro el resumen de todo ese tiempo sin vernos. De repente y sin saber cómo, me encontré entre tus brazos, sano y salvo de nuevo después de tanto tiempo sin estarlo. Pude sentir nuestros corazones acelerados, como solía hacer hace años, aunque aquella vez la razón de esos latidos con prisa fuera bien diferente.

 Una vez que pude verte y repasar cada detalle de tu cara para descubrir que en el fondo seguías siendo el Alv de siempre, cogí el aire que tu perfume había conquistado y acto seguido te dejé descubrir el efecto que todo este tiempo sin ti había causado en mi voz:

—Te quiero.
—Te adoro.
—Y te vuelvo a querer.

 Sonreímos. Di gracias a la vida por enseñarme a ver las cosas de otra manera y hacer que no perdiera a la persona más importante de mi vida, a mi mejor amigo: tú. Aquél banco de aquél parque en el que una vez hicimos nuestro puzzle nos escuchó resumir con prisas tiempo de silencio. Todo mi vacío se llenó de aquellas palabras contando tu vida, y prometimos no volver a fingir olvidarnos uno al otro.

 Todos hemos confundido sentimientos, pero no a todos se le han dado infinitas oportunidades como me las has dado tú a mí. Escúchame bien, porque sé que le estoy hablando al mejor amigo que jamás he tenido y tendré: gracias. Y aunque se quede corto, demasiado, el resto te lo pienso devolver en forma de abrazos y favores (los que me pidas, de verdad), porque siento que te debo mucho...

 Eres sencillamente genial.
Siempre dispuesto a ser tu mejor amigo, Sankt.

P.D: Feliz 20 de Enero, grandullón.

Déjalo

 No hace falta que te jure, querido compañero, que no debo quererte y que sin embargo te quiero. No me crees cuando te digo que no necesitas a nadie para ser feliz, que el camino más rápido al amor es no buscarlo. ¿Cómo crees que llegaste tú a mi vida?

 Perdónate, deja de pensar, y que los sentimientos lleguen solos. Al igual que te encontré dejando de buscarte, te olvidé dejando de tratar de olvidarte. Deja de preocuparte por vivir, y empieza a vivir de verdad. Deja de fijarte en quién soy y empieza a sentir mis palabras. Intenta olvidar por completo los momentos a mi lado, quizás así recuerdes que estuve dispuesto a dar mi vida porque fueses feliz. A mí me basta con que me pidas que intente odiarte, para volver a amarte.

 Tú necesitas encontrar al amor de tu vida, yo necesito quedarme dormido y no despertar jamás; soñemos juntos la canción más bonita del mundo. Juguemos a que tú me quieres y yo me lo creo.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

Entradas populares

A partir de hoy...

A partir de hoy...
- Ligia García y García