miércoles, 16 de enero de 2019

Submarinismo

De repente tus ojos.
Buceé a lo más profundo
Y descubrí mil maravillas.

Una presión aquí en el pecho
Me empujó a la superficie
Y una corriente de dudas y miedos
Me arrastró hasta la orilla.

Solo y sin sol ni toalla
Tiemblo de frío al pensar
Que no volveré a entrar en tus aguas
Ni a nadar por tu piel salada;
Que quizás ya no sea capaz
De volver a hacer el amor
Si no es sumergido en el azul
Del océano en tu mirada.

Como la marea cuando baja
Te alejas cansado de mi playa,
Para subir por otras arenas
Más finas y más doradas.

Despierto.
Pero ya no estás:
Una ola de realidad rompe
Contra mis ilusiones acantiladas.

Nunca más seré tu isla
Pero tú siempre serás mi mar.

¿Mi consuelo?
El recuerdo añil y eterno
Del olor de tu brisa marina;
E intentar convencerme sin éxito
De que al cabo y al fin
La marea siempre vuelve a subir.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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