martes, 24 de junio de 2014

Fuera de servicio

No es noticia para ti ni para el mundo mi afición de comparar los trenes con mi vida: sus vagones pasando a cientos de kilómetros por hora como personas pasando a millones de sentimientos por segundo, bifurcaciones como decisiones que marcan el rumbo de nuestro futuro, sus puertas cerrándose en mi cara como oportunidades perdidas. Tampoco eres el primer tren que recorre mi piel, ni el primero al que me subo; pero los momentos a tu lado son las ruedas que me permiten avanzar sobre mí mismo, y haces que en cada estación sea más feliz que en la anterior. Así que sí, es verdad, ya otros antes han pasado por esta parada, y se han quedado, y también se han ido, algunos incluso sin ni siquiera tocar el claxon a modo de despedida; pero tú sigues aquí, te has quedado y dices que será para siempre, y a mí sólo me apetece creerte, así que cierro la estación y corto todas las salidas; porque tú, cariño, tú eres el amor de mi vía.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García