lunes, 8 de octubre de 2012

Semana 1

 No das señales de vida y yo me quiero morir, me quiero morir... Dime algo; que estás bien, por ejemplo. ¿No me echas de menos? Yo a ti más de lo que se puede soportar. Si me quieres, ¿por qué no me llamas? Ojalá vieras cómo lloro y te dieses cuenta de cuánto me haces falta.

 Lo que me duele no es el que no hablemos —que también— sino el saber que cada día que no lo hacemos me olvidas un poquito más, me quieres un poquito menos... ¿En serio nuestra amistad sólo se basaba en conversaciones de Whatsapp? Deja de fingir tan bien que no me quieres, porque estoy empezando a creérmelo de verdad...

 Dame un toque al móvil, ven a verme... no, ¡no! Dime "ven", ¡dime "ven"! Sabes que iré, que lo dejaré todo... Te juro que si no empiezas a existir en mi vida, al menos en forma de señales, me plantaré allí, en la puerta de tu casa, y no me moveré hasta que entres o salgas, para abrazarte... Me conoces, sabes que lo haré. No. Sabes que necesito hacerlo.

Te quiero, te quiero, te quiero...
Dime que tú también, o pídeme que desaparezca de tu vida para siempre. Pero dime, dime...


Sólo ha pasado una semana y tu existencia ya se desvanece, y consecuentemente también la mía. Siempre supe que me perdería las próximas navidades, siempre lo supe.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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A partir de hoy...

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- Ligia García y García