lunes, 31 de diciembre de 2012

2012

 Querido 2012:

 ¿Cómo tú por aquí?, ¿no deberías estar aprovechando tus últimas horas de existencia repartiendo por el mundo las desgracias y alegrías que te quedan?

 Yo vengo a... no sé a qué vengo, si a reprocharte lo que me has quitado, o a darte las gracias por lo que me has traído. Supongo que me decantaré por ambas:

 Te has llevado a la persona más importante de mi vida, y la más buena del mundo: el abuelo. Te has llevado con él mis buenas notas, mis ganas de ser el mejor, como lo era antes; mis ganas de hacer sonreír a todas y cada una de las personas que me rodean sin recibir nada a cambio... Te has llevado mi perfección, mi saber actuar ante todo de la manera más correcta posible, y también mis amigos de toda la vida...

 Me has traído el alcohol, el tabaco, el sexo, el deseo de ser guapo jamás antes existente, las mejores fiestas que veré en mi vida, las personas y momentos más divertidos que he conocido hasta hoy... y con ello, la parte más inesperada y escondida de mí, esa que ha hecho que me haya sentido libre como nunca y que no esté muy orgulloso de algún que otro comportamiento. Me has traído una obsesión que aún no entiendo por los pechos y los penes (?)

 Me has traído a Alv, y con él a la experiencia más increíble que jamás he vivido ni volveré a vivir: amarle. Esto ha sacado lo mejor y lo peor de mí, y estoy muy contento de haber conocido mis propios límites, aunque algo decepcionado de mí mismo. Me has enseñado que con 17 años se puede conocer al amor de tu vida, y también que el amor de tu vida puede coincidir con la historia de desamor más triste y bonita del mundo.

 Me has enseñado a tener paciencia, que las cosas no siempre ocurren como esperamos y queremos, que no existen los amigos y que la única persona en la que siempre podré confiar y que me querrá incondicionalmente de verdad es mamá.

 Me has mostrado la vida tal y como es, con sus imperfecciones e injusticias. He llorado este año más que en lo que llevo de existencia. Has estado a punto de quitarme la vida y me la has devuelto como si nada. Te has llevado al chico genial y sonriente que solía ser, pero has puesto en marcha a otro que cuando descubra cómo, será más feliz, estoy seguro.

 Te odio 2012, gracias por todo. 2013, prepárate, voy a por ti.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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