miércoles, 12 de noviembre de 2014

RƎVƎRSIBLƎ

se acabará
para siempre, y nunca
seremos uno
olvidarás
los momentos a mi lado y no me
recordarás
como quien te hizo feliz

hablarás de mí
a mis espaldas
con todo el peso de la realidad

cargaré
mi pistola de sonrisas
y te dispararé sin parar con
ganas de destruirte!"

"¡Tengo
a tu miedo guardado:
se lo diré
al mundo entero,
lo gritaré

te odio
nunca podría decir que
te amo
mentiría si negara que
quiero hacerte daño

no
ya no siento mariposas
y es imposible pensar que 
te necesito
desde el día en que te conocí

(ahora leer de abajo hacia arriba)

viernes, 24 de octubre de 2014

Klara

 Se le antojan desconocidos cuando surgen de entre la espuma. Klara sumerge de nuevo los dedos, antes de que queden a la vista sus horrorosos pies, mientras se pregunta por qué se pinta las uñas de un sitio que sólo ella ve, pues Estocolmo no es precisamente el lugar más indicado para pasearse en camiseta de tirantes y sandalias. Golpea con las manos el agua de la bañera en la que todos los viernes por la noche juega a olvidar que está sola, y unos chapoteos que pretenden ser divertidos acaban salpicándole el ojo de una mezcla de agua, jabón y pocas ganas de vivir. Le parece de todas la mejor excusa que ha tenido a lo largo del día hasta ahora para llorar sin sentirse débil. Se deja hundir como el Titanic: chocada y partida; y sus gritos se ahogan intentando escapar de aquella bañera de apenas dos metros cuadrados. Las paredes vibran y le devuelven el sonido de un alma vacía, que es un eco que siempre responde. Sale a la superficie, toma aire y se asegura a sí misma que no ha llorado. Coge el móvil para leer buscando lo que sabe que no va a encontrar en una lista que conoce de memoria.

Amigos.
Familia.
Amantes.

 Adopta la posición de lanzamiento a canasta y describe con el móvil una parábola que acaba en el agua. Sonríe y recuerda que toda relación se basa en un mínimo interés mutuo. "Quizás me sobren ganas de querer incondicionalmente y me falten intereses". Porque a veces la amistad, la familia o el sexo no pueden llegar a donde sólo hay sitio reservado para uno. Y es que hay amores infinitos que nunca serán capaces de llenar vacíos diminutos. Y ya se sabe que cuanto más fina la aguja, más pincha.

 Se pone de pie, se seca las manos, coge el secador del armario que a su madre algún día le pareció útil poner junto a la bañera, y suelta una carcajada al imaginar a un agente inmobiliario vendiendo el enchufe del baño como un lujo a compradores suicidas.

 No será ella la que espere una llamada esta noche.


lunes, 11 de agosto de 2014

Firme aquí

A mí nadie me advirtió; no me avisaron de los efectos secundarios: de las noches en vela y el echar tanto de menos que duele a rabiar el corazón, literalmente. No leí la letra pequeña que decía que necesitaría saber que estás bien veinticinco horas al día, que me daría igual estar durmiendo, comiendo o muriendo y te cogería el teléfono siempre dispuesto a sonreírte y hacerte sonreír. Tenía tantas ganas de tomarte entero que me salté el prospecto, acepté sin ni siquiera ojearlos los términos y condiciones de uso;
y me enganché a ti.

Y aquí me ves, buscando desesperado los momentos a solas para cerrar los ojos, abrir la nariz, entrelazar mis dedos con los tuyos e inventarte a mi lado con tu pelo y tu olor y tu todo. Me entra el mono de beberte, fumarte, esnifarte... y entra en acción la locura de mi amor: te veo. Y te imagino riendo y siendo feliz, y me faltan labios y se me cargan los carrillos de tanto sonreír. A veces, incluso, me atrevo a besarte, y no puedo evitar que se escapen volando las mil mariposas que sueñan contigo a diario; mi indulgencia les abre la puerta y te besa llorando, si prometen que en segundos volverán a la realidad...

"Sé que si lo nuestro es tan fuerte como para hacerme sentir eso, lo es para perdurar.
Eso me ayuda a mantener la calma."

Y entonces entiendo que esto de decir que sí sin pensar se ha convertido a tu lado en una adicción absurda, que me llevas a desear sin lógica alguna firmar en nuestro contrato una nueva cláusula que supone para muchos el principio del fin; pero es que el riesgo es lo mío y como tú eres mío me arriesgo. Así que, ¿qué me dices, hasta que la muerte nos separe?

Firme aquí:

martes, 24 de junio de 2014

Fuera de servicio

No es noticia para ti ni para el mundo mi afición de comparar los trenes con mi vida: sus vagones pasando a cientos de kilómetros por hora como personas pasando a millones de sentimientos por segundo, bifurcaciones como decisiones que marcan el rumbo de nuestro futuro, sus puertas cerrándose en mi cara como oportunidades perdidas. Tampoco eres el primer tren que recorre mi piel, ni el primero al que me subo; pero los momentos a tu lado son las ruedas que me permiten avanzar sobre mí mismo, y haces que en cada estación sea más feliz que en la anterior. Así que sí, es verdad, ya otros antes han pasado por esta parada, y se han quedado, y también se han ido, algunos incluso sin ni siquiera tocar el claxon a modo de despedida; pero tú sigues aquí, te has quedado y dices que será para siempre, y a mí sólo me apetece creerte, así que cierro la estación y corto todas las salidas; porque tú, cariño, tú eres el amor de mi vía.

viernes, 30 de mayo de 2014

Los dormitorios también tienen sentimientos

Hoy salgo por última vez por esta puerta, ésa que tantas veces hemos cerrado con llave para estar aislados del mundo. Miro las vistas a través de las ventanas que solíamos empañar en invierno e intento no olvidarme de ellas, aunque sean una mierda. Acaricio la cama en la que nos dimos nuestro primer beso; cierro los ojos y puedo volver a sentir tus labios torpes jugando con los míos. Sonrío. No echaré de menos este maldito zulo de dos metros cuadrados en el que me he sentido más libre que nunca, no mientras tú sigas ahí para hacerme amar cada puerta y cada ventana y cada cama nueva en la que duerma; no mientras estés dispuesto a conquistar conmigo cada dormitorio de este planeta. Respiro la última bocanada del ambiente rancio y cargado de la que ya no volverá a ser la habitación más pequeña del mundo. No sé si doy una vuelta sobre mí mismo o ella la da sobre sí misma, pero todo me da vueltas. Me agarro fuerte a la maleta y salgo decidido por la puerta, me giro ya desde fuera y con un silencio me despido de las cuatro paredes que me vieron hacer el amor por primera vez; y sólo ellas, tú y yo, sabremos que fue contigo.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Fly with me

Suddenly I'm floating. I open my eyes and see all around me spinning. I look down and don't realise how but I run across your kisses. You have me in your arms, you're making me fly. We land in grass and lay. You lie down on my bent legs and I do it too in yours. We hug and kiss, and sometimes stop to ask each other if he's uncomfortable, but we both know that's impossible. 'Cause we are a perfect puzzle, the piece the other needed to be complete. So please, don't let me half again, let me feel complete forever, make me fly and above all,
fly with me.


lunes, 28 de abril de 2014

La nueva paleta de este pintor

El verde ya no es para la hierba,
ni el azul para el cielo;
sus ojos y nuestros amaneceres
le han robado los colores a este mundo.

El azúcar ya no es para el café,
ahora es para sus besos;
ni el sabor salado para el mar,
sino para su piel.

Ya no es para la violeta el morado,
sólo él y yo sabemos para qué;
aunque el naranja siga siendo
para los atardeceres a su lado.

Son segundos los minutos,
y minutos las horas,
y 4 días en Granada
el instante más feliz de toda mi vida.

El rojo para la sangre
que ya tiene sentido que corra por mis venas,
y el amarillo para el Sol bajo el que quiero vivir junto a él,
el resto de mis días.

Y como desde que le conocí
para los poemas no hay finales,
acabaré con una conclusión:
estoy enamorado de Alejandro Rico Pérez;
aunque esas tres palabras ya no sean para su nombre,
sino para mi descripción de amor.

martes, 8 de abril de 2014

De las palabras que no encuentro

Sueño que me caigo. Despierto chocando contra la cama, sintiendo que hubiese estado durmiendo elevado en el aire. Aún no ha amanecido, pero me levanto y me pongo una chaqueta sobre el pijama y tus zapatillas de dedos verdes (hay que estar preparado para soñar siempre). Tampoco me peino, porque una vez me dijiste que las mejores cosas de la vida despeinaban. De pie miro mi cama imaginándote tumbado en ella, escondiendo el verde de tus ojos y con la boca entreabierta. Sonrío y deseo que sea donde sea que estés dormido, estés soñando conmigo.

Abandono el cuarto y mis ganas de dormir, y salgo a la calle sin coger las llaves; el viaje que voy a emprender va a durar mucho más que mi estancia aquí, o que mi estancia en cualquier lugar. Y es que aunque sé que a ti te da igual que este mundo no haya inventado las palabras para escribirme cuánto me quieres, que no te importa porque puedes sentir cómo lo entiendo y te correspondo, y que eso es todo lo que necesitas; creo que esta noche he descubierto dónde encontrarlas, cómo decirte "te amo" sin que suene a "te amo", cómo sentir que de una vez te cuento lo que de verdad siento por ti.

Las palabras que busco no pueden entenderlas ellos, los demás, porque están en una lengua que sus corazones nunca llegarán a hablar; creo que vienen del mismo lugar del que proceden los sentimientos que ellas mismas describen, y que ese lugar sólo es accesible para dos personas tan locas como tú y como yo. Y que pronunciarlas hace música, y que tienen olor, y sabor, y color, y que nunca suenan dos veces igual.

Hoy salgo a buscarlas sin que ni siquiera haya salido el sol, y es que no puedo permitirme perder ni un segundo, no vaya a ser que para cuando las sepa y te las diga a ti ya no te queden "y yos". Sin GPS, ni mochila, ni nada que perder. Sólo yo, yo mismo y todo mi amor por ti. Si quieres puedes acompañarme, al fin y al cabo voy a tu reino. Y si no, allí nos vemos: en las Azoteas de Alejandría.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Estratosférico

Las ramas de los árboles rompen el azul limpio del cielo y el rojo de mi manta el verde húmedo del suelo. A su sombra tú y yo jugamos a lo de siempre; los almendros pierden sus flores y nosotros la noción del tiempo. Mezclo el olor de tu pelo con el color de tus ojos, y entre tus labios y tus caricias encuentro todas las respuestas. Lo remuevo todo junto con los latidos de mi corazón y lo paseo por mi cabeza esperando una conclusión. Tres premisas quedan claras y evidentes en mi mente: la primavera me hace feliz; tú me haces feliz; lleva siendo primavera desde el Octubre que te conocí. Elaboro una deducción y la exclamo inconsciente y sin aire. Y no sé si se me escucha o me lees el pensamiento. Contestas "yo también", y aunque cualquiera pensaría que respondes a un "te quiero" o un "te amo", sólo tú y yo sabemos que se trata de algo mucho más estratosférico que esas cosas de humanos.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Ya no escribo

Hace ya tiempo que no escribo.
Ahora vivo.

Las palabras bonitas no son ya para todos los que me odiaban pero me leían;
para los que disfrutaban de mi desgracia y por eso no la remediaban.

Ahora son sólo para quien supo ver belleza más allá de mi tristeza
y convirtió todos mis "te amaría" en te amos, y en cualidades mis rarezas.

Ya no necesito como antes escribir para sentir,
ni para pensar, ni para darme cuenta de lo que quiero; para vivir.

Y aunque me dé pena dejar a un lado lo que tanto me dieron las palabras,
me quedo con lo indescriptible, con el silencio, con las páginas como sábanas.

Ahora mis reflexiones son para mí y no de quien no supo valorarlas.
Y mis sueños ya no los cuento por si así empiezan a hacerse realidad.

Ya sólo quiero ser admirado por una persona en el mundo; y esa persona soy yo.
Poseo el monopolio de mi ingenio y lo exploto sólo a mi favor.

Así que disculpen las molestias, perdonen mi felicidad,
me despido de esta vida llena de palabras pero vacía de realidad.

Y descuiden, que no creo que dure mucho, que como ya dije una vez de éstas:
supongo que tarde o temprano de todos los sueños se despierta.

Pero de momento me quedo soñando,
no vaya a ser que me despierte y no lo haya aprovechado.

Hace ya tiempo que no escribo.
Ahora, por primera vez después de muchos libros, vivo.


martes, 25 de febrero de 2014

Olvidarte o mi asignatura pendiente

Enséñame a quererte así,
como tú me quieres:
sin que se note.

Quiero aprender a vivir el presente
sin pensar en el futuro,
en poder perderte mañana
o en tenerte para siempre.

Explícame también
cómo haces eso de no echarme de menos,
eso de estar a media hora
y no beberte el camino a mis besos.

Tomaré apuntes de tus lecciones
sobre cómo callarse te quieros,
no me perderé ni una sola clase,
seré el alumno convertido en maestro.

Y ya nunca te necesitaré,
y ya siempre dormiré solo,
y ya no te quedarás cuando te lo pida
porque no te lo pediré...

Así que si es para desaprender a amarte,
pensándomelo mejor,
olvídate de enseñarme,
prefiero que seas el peor profesor.

Y aunque por mucho que estudie
siempre vaya a estar suspenso
(en tus brazos),
aprobaré que fui yo
quien estuvo enamorado primero.


lunes, 24 de febrero de 2014

Veinticuatro del dos del doce o el peor día de mi vida

Ojalá hubiera una escalera hasta el cielo para subir a verte cada día y decirte que te quiero; para prometerte que mi único propósito en la vida es ser la mitad de bueno que tú, la mitad de guapo que tú, y encontrar a alguien que me quiera la mitad de lo que la abuela siempre te querrá a ti. Así sería la persona más afortunada del mundo... ¿Qué digo? Ya lo soy, lo soy de haberte abrazado y besado; de haber conocido a la mejor persona que ha pisado la Tierra.

Gracias por cuidarme siempre. Cuando necesite una excusa para seguir adelante y sonreír en los peores momentos te recordaré; recordaré que mi felicidad consistía y consiste, en ser el mejor para el mejor: tú.


viernes, 21 de febrero de 2014

Mi primera vez o Madrid

Por primera vez hago la maleta sin querer irme; doblo en pares y meticulosamente los calcetines que me regalaste (el azul con el naranja, el morado con el azul, y el naranja con el morado) y me pongo tu camiseta, esa que te olvidaste la primera noche y que nunca me he puesto por miedo a que deje de oler a ti.

Por primera vez subo al autobús con las piernas temblando y sabiendo que nunca volveré al lugar en el que, también por primera vez, fui feliz; al único lugar al que he sentido que pertenecía: a tu lado. Me desmayo y por primera vez no quiero recuperarme, ni llegar a mi destino: mi vida sin ti.

Por primera vez he amado y por primera vez me han amado. Por primera vez todo se acaba y por primera vez no es mi culpa. Por primera vez me ha encantado vivir, me he gustado a mí mismo, he tenido un motivo por el que despertarme cada mañana, he sonreído durante semanas, he sabido lo que es echar de menos, he aprendido a crecer y la magia de los reencuentros. Por primera vez he sentido que la vida era un regalo, que luchar y fracasar a veces también merece la pena, pero supongo que tarde o temprano de todos los sueños se despierta.

Y por primera vez un "no quiero vivir" se me queda corto como respuesta,
porque no quiero vivir sin ti.

lunes, 10 de febrero de 2014

3/3

Tú duermes. Yo sueño despierto.
La habitación empieza a llenarse del azul del amanecer y mis manos de tu piel,
y de tu pelo.
Caliente y empapado de toda la noche durmiendo a mi lado llenas mis dedos de tu aroma
y mi cuerpo de deseo.

Te despierto o te despiertas.
Sólo sé que ahora me miras, que tú también me tocas;
que estoy dentro de ti, entre tus brazos, con mi cabeza en la almohada perfecta:
tu clavícula.
Y nos bebemos a morro hasta que sin darnos cuenta se nos ha hecho de día.

Aprieto mis ganas de hacer el amor contra las tuyas
y las vibraciones de nuestros gemidos hacen temblar todo el único cuerpo que somos ahora.
El resto sólo lo entenderíamos nosotros
y prefiero recordártelo sin palabras,
con ventanas empañadas de sexo.

Es entonces, después de todo, descansando en ti, cuando decido arriesgarme a contártelo:
empuño la pluma de mis caricias y escribo sobre el pergamino de tu pecho
esas dos palabras que sólo tú y yo necesitamos saber en mi nuevo mundo.
Y las entiendes. Y respondes "y yo a ti". Y me besas. Y sonrío.
Y vuelvo a quedarme dormido en la puta nube que vivo desde que te conocí.

8'5-II-2014.
P.D: Gracias.


jueves, 6 de febrero de 2014

Prepárate

Me gusta. Me encanta.
Más que gustarme o encantarme se ha convertido en mi pasatiempo favorito: perder juntos en la estación el tiempo y los trenes que tarde o temprano siempre acaban por separarnos.

Acaricias suavemente con tus dedos las cicatrices de mis manos y con tus palabras las de mi corazón. Me siento completamente desnudo frente a ti; y me gusta. Tus ojos miran fijamente a los míos y tu perfección a mis inseguridades; y no quiero apartar la mirada. Tu boca toca la mía y tu sonrisa a la puerta de mi felicidad; y os dejo entrar. Tu cuerpo roza mi cuerpo y los momentos a tu lado la gloria; y entonces me doy cuenta: aquí, ahora, justo en este momento y este lugar (a tu lado) es donde siempre he querido y querré estar.

Prepárate, porque no pienso dejarte escapar;
y de momento los trenes no han conseguido alejarte de mis pensamientos.

Te quiero.

domingo, 2 de febrero de 2014

Indescripción

Fíjate.

A ti al menos te quedan palabras con las que expresarlo.
Y a mí no me alcanzan desde hace ya tiempo.

Mírame.

Sentado frente a un folio en blanco, boli en mano y tú en mente.
Sin hallar el modo de decirte. ¿El qué? Si ni lo sé.

Escúchame.

Aunque no diga nada, aunque sólo se oiga mi respiración entrecortada.
El silencio es lo que encuentro cuando busco cómo describirlo.
Sin palabras. Como tú me dejas.

Tócame.

Que recuerde que eres real. ¿Eres real? Me da igual.
Sé que sí lo es lo que siento.

Bésame.

Quítame esta rabia que me supone tener la boca libre
y no estar utilizándola para decirte
cuánto te quiero, cuánto te necesito,
cuánto te echo de menos...
Que los sentimientos brillen por su indescripción
y nuestros labios caigan por su propio beso.

martes, 28 de enero de 2014

A mi felicidad favorita

Me desabrocho la camisa como nunca antes me la había desabrochado: deseando que fuera tu cuerpo el que desnudo o tus manos las que me estuvieran desnudando a mí. Me quito los pantalones como nunca antes me los había quitado: sintiendo un escalofrío que me recuerda a lo que siento cada vez que pienso en que puedo perderte. Me meto en la cama como nunca antes me había metido: esperando encontrarme entre las sábanas tu piel desnuda y tus calcetines de colores. Y una vez dentro me pongo a llorar como nunca antes había llorado: de felicidad.

Porque sí. Porque tú. Porque nosotros.

Hasta hace poco no sabía lo que era tener los ojos vidriosos, ni mariposas en el estómago, ni alguien que solucionara con dos palabras mis días catastróficos. Tampoco sabía que media hora en tren podría significarme una eternidad al saber que al llegar a la estación estarás tú esperando, o un instante si es a tu lado.

Jamás pensé que me importaría tan poco que alguien poseyera el monopolio de mi felicidad. Ni que tus palabras desembocarían en mis lágrimas de alegría y los momentos junto a ti en perfección hecha realidad.

Hasta ahora pensaba que los príncipes azules no existían y que el amor perfecto sólo se encontraba en los libros, pero en ti no puedo ver más que azul y azul por todas partes; y no sé si es amor pero sé que leería nuestra historia una y otra vez y que deseo que nunca acabe.

Gracias por descubrirme una vida en la que mis principales propósitos son pasar la mayor parte del tiempo contigo y hacerte la persona más feliz del mundo; una vida en la que tus abrazos me protegen de las bombas de la realidad y tus besos consienten mis ganas de volar; en la que tu corazón latiendo a toda prisa junto al mío es lo único que necesito para saber que todo va bien y en la que 8 letras bien ordenadas y dichas sinceramente por ti son la respuesta a lo que hasta ahora eran todos mis porqués sin resolver.

Ya muchos habían conseguido que creyera que les quería pero tú me has convencido. Y nunca antes alguien me había hecho creer que valgo algo, que tengo cosas buenas y que puedo sentirme guapo. Ése es el mejor regalo que nunca me han hecho. Y aún no te diré qué siento, pero te adelanto que ya no te quiero; que nos quiero; y que me quiero cuando estoy contigo.

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lunes, 27 de enero de 2014

Algo parecido a un gato

—Nos vemos mañana.
—Sí, si no me muero antes.
—No te mueras, porfa.
—Lo intentaré. ¿Te he contado ya cuántas veces me he muerto?
—No, ¿eres un gato?
—Algo parecido.
—Ya me contarás.
—Tenemos tiempo.
—Sí.
—Pero sólo si quieres.
—Claro que quiero.
—¿Seguro? No es una historia alegre, ni siquiera bonita.
—No me importa.
—Entonces no te importo yo.
—¿Por qué dices eso?
—Porque yo soy esa historia.

viernes, 24 de enero de 2014

Macedonia

Que mi corazón,
verde esperanza,
te es pera a ti:
que como las manzanas,
sonrojas;
que como las fresas,
besas rosa;
y que como las uvas,
pasas y no regresas.

Que a zumo la pulpa de haberte bebido.
Y no sé con cereza
si melón perdonarás.

Llámame loco, tonto, mate, quiero.
Pero si volvieras, quizás,
sandía la Luna
y nos contaría
qué ácido del naranja de nuestros atardeceres.

Y si lloviera, haríamos piña
con nuestros cuerpos
para mantener nuestros frutos secos.
Y que si yo viera el tuyo,
coco, como un niño tartamudearía.

Que vuelvas ya, primavera,
quitando el aire
y la sed.
Que la plata no sirve de nada
cuando se tiene hambre de mujer.

miércoles, 22 de enero de 2014

Se(xo) acabó - 4/11/2013

 Gracias por recordarme que sirvo también para follar, empezaba a pensar que sólo servía para amar no correspondidamente. Aunque también pensaba que no me importabas tanto y aquí me ves, encerrado en mi cuarto con llave y a oscuras intentando sin éxito quedarme dormido para soñar que te gusto. Y es que en realidad ni siquiera te amo a ti, sino a todo lo feliz que puedo llegar a ser cuando estoy contigo; apenas te echaré de menos, pero sí (demasiado) a las noches a tu lado.

 Ahora pasaré frío cada madrugada y ya no tendré excusa para volver a casa después de clase. Volveré a vivir en la calle como solía hacer antes de conocerte, cuando mis azoteas eran para otro. Y cuando me cruce contigo te sonreiré y haré como si no pasara nada, como a ti te gusta. Y así a ver quién gana la guerra de la indiferencia.

 Perdona por haberme enamorado de una persona que me escuchaba, que me hacía reír, que me miraba fijamente cuando me hablaba y me hacía pasarlo en la cama como nunca lo he pasado; perdona por haberme enamorado de ti. Y es que llámame antiguo, pero yo eso de ser follamigos no acabo de entenderlo muy bien; perdona por no haber sabido separar amistad y sexo, por haber visto perfección en ti más allá de tu cuerpo.

 Me dije a mí mismo que no volvería a pasar, que mis sonrisas y mis lágrimas iban a depender solamente de mí; y te prometo que he intentado que de ti sólo dependan mis orgasmos, pero tu voz es demasiado agradable y tus abrazos lo suficientemente largos.

 Y nada, ahora sólo quedan 7 meses viéndote todos los días e intentando sentir menos cada vez que pasas por mi lado. Tiene gracia que ayer pensara que contigo todo podría salir bien, porque hoy sólo pienso en dejar de pensarte. Que tengas suerte para asumir tus miedos y superarlos, y para que encuentres a alguien que te desee tanto como yo. 
Porque a mí no me vas a volver a tener.


Y ya está.

Cómo pasa el tiempo y cómo cambian las cosas.

Cómo.

Y ya está.

lunes, 20 de enero de 2014

Sin nombre

Hoy me he despertado preguntándome
si querrías ser conmigo eso que son las personas
cuando se quieren una sólo para la otra;
pensando en un nombre para nosotros,
un nombre que te explique que para ser feliz
no me basta con verte tan poco,
y que un poco sin verte ya me basta para no serlo.

Hoy me he despertado y he buscado en mi memoria
el día en el que perdí la felicidad entre los momentos a tu lado,
y por qué la vuelvo a esconder en ti cada vez que nos separamos.

Hoy me he despertado sin querer despertarme,
porque estaba soñando contigo.
Y me he contado a mí mismo que no quiero volver a ser tu amigo.
He querido saber qué somos, cuánto tiempo seremos
y cuándo aprenderé a no echarte de menos.
Las respuestas han sido "tú y yo", "ahora" y "nunca",
y supongo que así ha sido siempre y jamás será de otra manera.

Hoy me he despertado y he sopesado varias opciones
(dejarte, quedarme, quererte, olvidarte),
pero he decidido no contarte nada y confesarme en silencio y a mí mismo

que nos quiero tal y como somos: sin nombre.

miércoles, 15 de enero de 2014

Carpe Diem

Y no quiero que suene a típico, quiero que suene a realista.
Porque la vida es como es y cuanto antes lo aceptemos menos sufriremos.

Cada persona que nos permitimos querer no es más que otra futura pérdida.
Pero, ¿y qué? Merece la pena.

Sé que va a acabar pronto, pero me he propuesto no ser yo quien lo acabe;
querer a quien me quiera, aunque sea sólo durante un tiempo.

Porque creo que se lo merecen, y que me lo merezco;
que ya me han hecho suficiente daño.

Así que un día ya él me dejará, se cansará de mí,
como todo el mundo se cansa de todo el mundo en algún momento.

Pero ahora voy a disfrutar.

domingo, 12 de enero de 2014

Y de repente me doy cuenta

Dejé mis labios quietos encima de los suyos. Él abrió la boca y cerró los ojos. Le imité y respiré su aliento. Y así nos quedamos dormidos.

Desperté en mitad de la noche con su respiración en mi nuca y le encontré abrazándome por la espalda. Creo que nunca había estado tan cómodo, pero tampoco nunca había necesitado tanto mirarle. Me di la vuelta tratando de no despertarle y le vi durmiendo plácidamente. Sus rizos se encargaban de impregnar la almohada del olor que esta noche respiro recordándole y toda su cara descansaba. Empecé a acariciarle, por todo el cuerpo. Le desperté. Desde entonces no le dejé dormir en toda la noche, pero él tampoco a mí teniendo su cuerpo desnudo junto al mío. Notaba su vello erizándose al contacto con mi piel y sus sonrisas cuando abría los ojos y veía que no paraba de observarle. Me grabé en mis ojos cada detalle de sus movimientos; en mis manos cada parte de su cuerpo; en mi nariz su olor perfecto y en mis labios sus besos, para echarle mejor de menos.

Y ahora que ha llegado el momento, que no está y quiero echarle de menos, me doy cuenta de que ni el recuerdo de su voz, ni el de su piel, ni el de sus gestos son necesarios; que basta con saber que existe y que cada momento sin él estoy perdiendo segundos de vida a su lado.

Entonces pienso en el amanecer que siguió a aquella noche en la que me dediqué a desvelarle, en los mejores buenos días que he tenido en mi vida. Me pregunto si para él también fue importante, o si fui yo el único que se dejó media alma en la cama aquella mañana perfecta. Y de repente me doy cuenta de que le quiero; de que le quiero y quiero: de que quiero quererle; y sobre todo, que me quiera.

11/01/2014

viernes, 10 de enero de 2014

A Ligia García y García

Si me concede usted un tiempo
y me lee con paciencia,
descubrirá en un momento
una increíble y nueva ciencia.

¿Cómo explicarle, desconocida
que hasta ahora no existía,
que me ha hecho crear al leerle
un extraña teoría?

No compartimos nada:
ni edad, ni días,
ni noches, ni mañanas;
pero de un modo u otro
estamos conectados:
por palabras.

No sabe nada de mí:
ni mi nombre, ni mi vida,
mas un día sin querer
escribió lo que yo sentía.

Así que atención, señora,
porque sabido lo dicho,
expongo mi loca creencia
sin esperar que me crea:

Quizás nació para ser
traductora de mis tristezas
(y también de mis alegrías),
o quizá yo nací
para ser sin que lo supiera
protagonista de su poesía.

domingo, 5 de enero de 2014

Quiero quedarme

No quiero volver.

No quiero volver a verle;
ni a él ni a nada que signifique que él está cerca.

Quiero estar aquí, en casa, pelearme con mis padres todos los días
y reírme con mi hermano
(y también odiarle de vez en cuando).

Quiero que aquí nadie me quiera, estar solo
y que mi mayor momento de felicidad sea leer un libro
y cuando duermo.

No quiero volver adonde todo lo que me pasa es mi culpa
y soy libre de cagarla
y nadie me dice qué hago bien y qué hago mal.

Quiero quedarme aquí, donde no soy libre
y mis errores tienen límites y castigos.

No quiero libertad.

No quiero un sitio que me recuerda cada día
que no sé ser yo mismo.

Quiero un sitio que me haga pensar
que la culpa de que no sea yo mismo
es de todos menos mía.

Quiero quedarme.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García