martes, 5 de noviembre de 2013

Me duele el cuerpo de quererte

Me duele la cabeza de pensarte,
los ojos de verte,
la nariz de olerte y
la boca de besarte.

Me duelen las piernas de andarte,
las manos de acariciarte,
el pecho de latirte
y el estómago de mariposearte.

Me duele el cuerpo de quererte
y no porque quererte duela;
lo que me duele es quererte
sin conseguir que tú me quieras.

Por eso hoy he decidido
que ni estos ojos,
ni esta cabeza,
ni este pecho,
volverán a doler de quererte.
Y aunque me muera por tus huesos
no quiero volver a verte,
ni a pensarte, ni a latirte.

Quiero olvidar que existes.
Entonces

me dolerá la nariz de no olerte,
las piernas de no andarte,
la boca de no besarte y
las manos de no acariciarte.

Me dolerá el cuerpo de quererte,
porque no quererte no creo que pueda
y puede que entonces,
entonces sí que tú me quieras.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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