lunes, 21 de octubre de 2013

El día que la descubrí

La vi brillar entre la nube gris de gente.
Ella iba de negro y los demás vestían colores.
Todos hablaban y sonreían
y ella estaba callada y triste.
Pero era ella la que brillaba
y eran ellos los grises.

No sé si fue el flash de su cámara,
con la que cazaba las obras de arte,
salvajes, que rondaban su día a día;
o una idea apareciendo en su cabeza
con forma de bombilla encendida.
Pero la vi brillar entre la nube gris de gente.

Con sus labios de sangre,
sus ojos de césped
y su piel de nieve,
quería esconderse.
Pero su espalda de alas plegadas
anunciaba lo inminente.

Me atraía,
me dejaba perplejo.
Me llamaba,
me pedía explicaciones.
Pero, ¿cómo le cuentas a un ángel
que le has descubierto?

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García