viernes, 11 de octubre de 2013

Placer prohibido

La farola que ilumina tenue la habitación nos observa desde fuera como yo observo tu cuerpo desnudo tumbado en mi cama: sin parpadear.

Me pregunto si mis manos lograrán separarse de tu pecho.

Sentado sobre tu abdomen intento recordar cómo hemos llegado hasta aquí: el cielo; pero tus caricias en mi espalda me distraen consiguiendo que no me dé cuenta de que te has incorporado y me estás besando.

Acaricio tu barba y me despego de tu boca para deslizarme hacia abajo por tu cuerpo.

Me gusta escuchar el placer en tu respiración cuando te toco, y tus ojos cerrados me exculpan de este error que ha sido encontrarte ahora que no sé amar.

El silencio de la noche nos regala la banda sonora del sexo: nuestros gemidos; y las sábanas nos ocultan de las miradas de las cuatro paredes que esconden este placer prohibido.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García