viernes, 21 de febrero de 2014

Mi primera vez o Madrid

Por primera vez hago la maleta sin querer irme; doblo en pares y meticulosamente los calcetines que me regalaste (el azul con el naranja, el morado con el azul, y el naranja con el morado) y me pongo tu camiseta, esa que te olvidaste la primera noche y que nunca me he puesto por miedo a que deje de oler a ti.

Por primera vez subo al autobús con las piernas temblando y sabiendo que nunca volveré al lugar en el que, también por primera vez, fui feliz; al único lugar al que he sentido que pertenecía: a tu lado. Me desmayo y por primera vez no quiero recuperarme, ni llegar a mi destino: mi vida sin ti.

Por primera vez he amado y por primera vez me han amado. Por primera vez todo se acaba y por primera vez no es mi culpa. Por primera vez me ha encantado vivir, me he gustado a mí mismo, he tenido un motivo por el que despertarme cada mañana, he sonreído durante semanas, he sabido lo que es echar de menos, he aprendido a crecer y la magia de los reencuentros. Por primera vez he sentido que la vida era un regalo, que luchar y fracasar a veces también merece la pena, pero supongo que tarde o temprano de todos los sueños se despierta.

Y por primera vez un "no quiero vivir" se me queda corto como respuesta,
porque no quiero vivir sin ti.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García