miércoles, 18 de diciembre de 2013

Te delatas

Lo siento,
pero ya no,
ya no me creo que no me quieras.
Te delata tu insomnio,
te delatan tus ojeras.

Ya no me creo que no me quieras.
Te delatan tus palabras,
cuando dices "¿cuándo vuelves?"
(en lugar de "buen viaje")
cada vez que cojo el tren de vuelta a casa.

Cuando dices "¿cuándo vuelves?"
y suenas como un niño.
Te delata tu pecho,
te delatan tus latidos
(que se aceleran cada vez que estoy contigo).

Te delata tu pecho
que golpea los abrazos
que nos damos callados
(al anochecer o al alba),
para que el Sol nos vea de lejos.

¿Qué nos damos callados?
Nos damos besos mudos,
nos regalamos miradas
(que hablan sin que digamos nada)
y caricias en la espalda.

Nos regalamos miradas
que más que delatarte te dilatan;
te dilatan tus pupilas,
más que tuyas mías
(por un momento).

Te dilatan tus pupilas,
escondidas en tus párpados cansados.
Lo siento,
sé que no te dejo dormir desde hace tiempo
(de tus sueños a tus pensamientos).

Lo siento,
pero ya no,
ya no me creo que no me quieras.
Te delata tu insomnio,
te delatan tus ojeras.

Ya no me creo que no me quieras.
Te delatan tus labios,
que tiemblan cuando dicen mi nombre.
Lo siento,
pero ya no.


No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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