martes, 11 de mayo de 2021

enfant terrible

Nuestro amor es como un niño, a veces juguetón, otras ansioso. Casi siempre divertido, aunque se enfade fácilmente. Como es normal para su edad, tiene pataletas y berrinches sin sentido aparente, pero al final del día sigue queriendo que lo cojamos en brazos. A pesar de ser pura bondad, a veces se porta mal sin querer, porque está creciendo y aprendiendo a ser. Igual que a cualquier niño, no le juzgamos, culpamos o recriminamos, solo intentamos llevarle de la mano por el mejor camino que encontramos. Es travieso pero noble, suele irse tarde a dormir pero cuando lo hace descansa plácidamente. Y aun inocente e inexperto, las lecciones mas importantes sigue dándonoslas él a nosotros. Es goloso y rechoncho, y se le están cayendo los dientes para que le puedan crecer más fuertes. Naif, inmaduro, caprichoso. Nuestro amor es como un niño al que hay que educar poco a poco, pero al que querremos y cuidaremos eterna y pacientemente.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García