jueves, 6 de junio de 2013

Carta a un amigo fugitivo

Hoy he decidido que voy a conseguir ser alguien especial para ti. No es justo que estando yo aquí con tantas ganas de hacerte feliz tú no me utilices. Sí, utilízame; o trátame todo lo mal que puedas hasta que me convenzas de que realmente no me quieres. Pero no me tengas así, queriendo quererte y no pudiendo, queriéndonos riendo y no riendo.

Venga, va, dame una segunda oportunidad para ser divertido; sé que puedo conseguirlo. Dame una segunda oportunidad para ser como los demás: un amigo al que le cuentas cómo estás (de verdad), con el que te sinceras y al que dejas traspasar ese escudo estúpido que te has puesto para que no te vuelvan a hacer daño. Lo que sí que nunca pensé es que algún día tú llegarías a pensar que yo querría hacerte daño.

¿Sabes? Cada día, desde que me despierto hasta que me acuesto me lo paso pensando en cómo sacarte una sonrisa. Y me levanto con la esperanza de conseguirlo, y me duermo con la tristeza de mi fracaso. Pero "si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás"

Nunca has confiado en mí, ¿y qué?, hoy puede ser el primer día. Puedes empezar por decirme que te deje en paz o por pedirme que te hable todos los días. Pero Dios mío, ¡dime algo! Siempre quise ser para ti algo diferente a los demás, pero nunca pensé que eso supondría perderte cada día un poco más.

Mucha gente me rodea pero no tengo a nadie, eres lo único que me queda. Dicen por ahí que la esperanza es lo último que se pierde, y creo que eso eres tú para mí: esperanza (si es que aún no te he perdido).

Te propongo que seamos amigos de verdad, que me aguantes y que esperes a que llegue el Anto que te guste tanto como los demás. Pero con la condición de que estés ahí cuando te necesite, y de que cuando tú me necesites me dejes estar ahí. No sé cómo decírtelo ya:

TE QUIERO.


No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

Entradas populares

A partir de hoy...

A partir de hoy...
- Ligia García y García