sábado, 3 de noviembre de 2012

Debería estar prohibido tener que olvidar al amor de tu vida

 Supongo que no tenías amor para los dos, y pensaste que a él le hacía más falta. No te preocupes, todos nos equivocamos, yo también pensé que algún día podría olvidarte, y mírame...

 No puedo evitar frustrarme cada vez que intento resumir nuestra historia y me doy cuenta de que todo es importante. Nuestro primer problema estuvo en el final: tú lo impusiste y yo no supe aceptarlo. Y es que el silencio, desde mi punto de vista, no es un final para una historia de amor. He aquí nuestro segundo problema: vivimos dos historias diferentes, aunque paralelas. Yo me dediqué a quererte cada día más sin darme cuenta y tú a cansarte de lo que hoy me doy cuenta que fue un amigo de verano. Te di los buenos días cada mañana, pero no te enamoré, no te enamoré...

 Sé que le abrazas muy fuerte, pero me da igual. Porque lo que importa en una abrazo no es la fuerza con la que se da, sino el amor con el que se abraza, y yo a ti te abracé con todo el amor del mundo... A veces dudo si ese día juntos fue real, o sólo fue una ilusión junto a mi esperanza de que algún día me querrías.

 Tus últimas palabras: "lucha por ti". ¿Las mías? No las sé, no recuerdo exactamente cuándo me dejaste de escuchar, cuando dejé de existir en tu mundo. Tú en el mío sigues vivo, incluso más que yo mismo. De hecho, no me creo capaz de dormir una noche más sin tus abrazos. Y sólo hay algo que me haría más feliz que tu sonrisa: ser el motivo de ella.

 Necesito escuchar tu voz, sin embargo si pudiera escoger la forma de la que me dijeses "te quiero" serían tus besos, silenciosos. Necesito sentirte cerca, aunque no volvería a verte si eso me asegurara que siempre serás feliz, siempre...

 O no me quieres o no me lees, porque si me quisieras y me leyeses no serías capaz de dejarme amarte tanto sin recibir nada a cambio. Sabes que yo no puedo hablarte, que no debo. Sé que no hay nada que decir, ¿pero dónde está tu corazón?

 Tu silencio y mis recuerdos parecen haberse aliado para amargarme la existencia. Y es que debería de estar prohibido tener que olvidar al amor de tu vida. Tú eres el de la mía y lo sabes, al igual que sabes que intento olvidarte y no puedo; al igual que sabes que si te olvido muero, y si no te olvido no vivo: estoy muerto. Ahora que está comprobado que siempre te querré, ¿qué excusa piensas usar para no hablarme? Quizás haya llegado el momento de que aceptes que no me quieres ni te importo, y que nunca me quisiste ni te importé.

 Un saludo, amor de mi vida. Te llamo así porque aunque duela, amarte es vivir.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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