viernes, 24 de enero de 2014

Macedonia

Que mi corazón,
verde esperanza,
te es pera a ti:
que como las manzanas,
sonrojas;
que como las fresas,
besas rosa;
y que como las uvas,
pasas y no regresas.

Que a zumo la pulpa de haberte bebido.
Y no sé con cereza
si melón perdonarás.

Llámame loco, tonto, mate, quiero.
Pero si volvieras, quizás,
sandía la Luna
y nos contaría
qué ácido del naranja de nuestros atardeceres.

Y si lloviera, haríamos piña
con nuestros cuerpos
para mantener nuestros frutos secos.
Y que si yo viera el tuyo,
coco, como un niño tartamudearía.

Que vuelvas ya, primavera,
quitando el aire
y la sed.
Que la plata no sirve de nada
cuando se tiene hambre de mujer.

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García