viernes, 10 de enero de 2014

A Ligia García y García

Si me concede usted un tiempo
y me lee con paciencia,
descubrirá en un momento
una increíble y nueva ciencia.

¿Cómo explicarle, desconocida
que hasta ahora no existía,
que me ha hecho crear al leerle
un extraña teoría?

No compartimos nada:
ni edad, ni días,
ni noches, ni mañanas;
pero de un modo u otro
estamos conectados:
por palabras.

No sabe nada de mí:
ni mi nombre, ni mi vida,
mas un día sin querer
escribió lo que yo sentía.

Así que atención, señora,
porque sabido lo dicho,
expongo mi loca creencia
sin esperar que me crea:

Quizás nació para ser
traductora de mis tristezas
(y también de mis alegrías),
o quizá yo nací
para ser sin que lo supiera
protagonista de su poesía.

1 comentario:

  1. Agradezco infinitamente tan bellas palabras. ¡Gracias por este maravilloso regalo!

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Mis palabras te han abierto las puertas de lo que soy, ¿acaso no sería justo que dijeses ahora qué sientes tú?

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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- Ligia García y García