sábado, 1 de junio de 2013

Relax Entertainment

 Miré cómo nuestras colillas saltaban contra el suelo luchando por salvarse de la gravedad. Y al ritmo que ellas eran vencidas y se apagaban yo también era vencido y me iba apagando: apoyé mi cabeza en su hombro y mis lágrimas salieron en busca de los abrazos que ella nunca me había dado.

 El humo de otro porro me hizo pensar que quizás nos estábamos pasando, y busqué sus ojillos con mis ojillos para decirle que ya estaba bien. Ignorando mis lágrimas lo apagó con un gesto de "mensaje captado" y a duras penas se levantó y a más duras aún me levantó a mí. Descansamos nuestra espalda en las persianas bien cerradas (...) y a cada parpadeo calmado intentamos dormir.

 Desperté con sus "ya hemos terminado" acariciándome la oreja. Abrí los ojos y ya era de día. Carraspeé con la garganta, suponiendo un dolor irreversible debido a toda una noche durmiendo en la azotea. No noté nada, miré a mis brazos y vi mi manga corta; miré al cielo y vi el verano. La miré y me sonreía, le sonreí. "Ya hemos terminado" le dije. "Sí, se acabó" me dijo ella. "Se acabó" le respondí. Empezamos a reír y llorar descaradamente y el pestazo a alcohol nos hizo llevarnos un chicle a la boca.

 Sacó su móvil nuevo, ese que junto a que "habíamos terminado" había sido el motivo de la parranda de la noche anterior (y es que a nosotros nos encanta celebrarlo todo, por tonto que sea), y con los auriculares puestos y 1999 de Love of Lesbian sonando, despedimos a nuestro año fatal.

Ya no hay ganas de seguir el show, ni de continuar fingiendo. Sólo quiero ser espectador.
—Relax Entertainment.

"Y ahora congelo cada instante sabiendo de antemano que son los últimos"

Zombie enamorado

 Sin darme cuenta me he convertido en un zombie enamorado.

 Tus "te quiero" se han transformado en noches sin dormir, el insomnio ha llenado el vacío que dejó la ausencia de tu cariño. Y eso se traduce en conversaciones eternas con la Luna y mi almohada, reflexiones y conclusiones que nada tienen que envidiarle a las del protagonista de la mejor historia de desamor platónico jamás escrita. De hecho me pregunto cuál fue la última noche que dormí bien, supongo que aquella en la que fuiste tú quien quiso darme las buenas noches.

 Buenas noches

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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