viernes, 8 de marzo de 2013

De mí sobre ti

A veces te echo de menos; a veces vuelves a gustarme.

Echo de menos tu bañador rosa en verano,
y tus guantes marrones y tu bufanda beige en invierno;
echo de menos empezar a jugar a la play y acabar haciéndolo en el sofá.

Me gusta ser el único que sabe el nombre
de quien besó por primera vez estos labios ahora de nadie;
me gusta que ese nombre sea el tuyo.

Nos echo de menos tumbados sobre la arena, mirándonos;
nos echo de menos haciendo el amor en la piscina.

Me gusta mirarte cada día como si no te conociese
cuando pasas por mi ventana
y que finjas que no sabes que te estoy mirando.

Echo de menos tu sonrisa y el no poder evitar copiarla cuando sonreías;
echo de menos sonreír.

Me gusta que lo nuestro fuera un error
y me gusta que nos equivocásemos;
me gusta que no seas el amor de mi vida.

Te echo de menos: a ti y a los momentos a tu lado;
y me es inevitable buscarte, y sólo encontrarte en los recuerdos,
porque eres lo mejor que me ha pasado.

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Mis palabras te han abierto las puertas de lo que soy, ¿acaso no sería justo que dijeses ahora qué sientes tú?

No sé exactamente si eran mariposas, pero estaban ahí sin que yo las llamara; cada vez que te acercabas, ¡revoloteaban!. Eran tuyas pero estaban en mi estómago...

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.

—¿Signo del zodiaco? —Acuario, pero con mariposas en lugar de peces.
"Mariposas en el estómago", vaya metáfora de mierda. Más bien parecen abejas asesinas.

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