El silencio ha sido mi última elección. ¿Los resultados? Tú vives tu vida feliz, y yo vivo la mía... bueno, yo vivo la mía. Te he dejado en paz, pero no he parado ni un segundo de pensar en ti. Ya no te recuerdo todos los días que te quiero. De hecho, creo que ya no te quiero, al menos no como antes. Y... ¿sabes? Si vas a volver para volver a irte, no quiero que vuelvas. Una cosa es que me muera por ti y otra muy diferente que esté dispuesto a pasar otra vez por algo que cada día me resulta más imposible: olvidarte.
He estado a punto de aceptar que te estoy perdiendo y no hay remedio, pero justo entonces me he dado cuenta de que eres tú quien me está perdiendo a mí, quien está perdiendo la oportunidad de ser la persona más amada del mundo; con la diferencia de que tú con un "quédate conmigo" me ganas para siempre y a ti no hay manera de ganarte. Si supieras lo feliz que podría hacerte si me dejases...
Nadie va a ser capaz de quererte como te quiero yo. Y yo no voy a ser capaz de querer a nadie como te quiero a ti. Tenlo claro. Encuentra a otra persona que esté dispuesta a hacer lo que yo estoy dispuesto a hacer por ti y sé feliz. Yo mientras tanto voy llorando cada día un poco menos al pensar en lo que nos estamos perdiendo, con miedo a que llegue el momento en el que no sienta pena alguna de no volver a subir a ese autobús que algún día me llevó a tus abrazos; porque entonces tú me habrás perdido para siempre, y el Universo habrá perdido al mayor amor jamás sentido y por sentir. ¿Yo? Yo ya perdí todo cuando decidí ganarte a ti.
Recuerda:
Eres ese mal sabor de boca que te queda después de haberla tenido llena de tu comida favorita y seguir con hambre: me apeteces pero si no voy a volver a probarte, quiero olvidar ya tu sabor.
TÚ DECIDES
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Mis palabras te han abierto las puertas de lo que soy, ¿acaso no sería justo que dijeses ahora qué sientes tú?