—Cuídame. —Y no hay otra cosa que a Sankt le apetezca más hacer, así que se tumba a su lado, y le mira a los ojos.
—¿Qué te pasa, grandullón?
—Me duele la tripa.
Sankt no sabe qué hacer, nunca ha tenido que cuidar de alguien a quien quiera tanto. Sólo se le ocurre acariciarle la tripa y darle un beso en la frente. Recuerda que eso hacía su madre cada vez que él enfermaba.
—¿Qué podemos hacer? —acaba preguntando, al sentir que no está haciendo gran cosa.
—No sé, jo.
—¿Tienes frío?¿Tienes calor?¿Te apetece tomar algo?
—Estoy bien así, cielo —contesta Alv. Pero no suena nada convincente, así que Sankt decide abrazarle y lo hace casi sin pensarlo, sabe que si lo hace acabará reprimiéndose.
—¿Mejor así? —le pregunta.
—Mucho mejor —responde. Y a Sankt le va a dar algo, todo su miedo al rechazo desaparece. Entonces decide enviarle un whatsapp, no puede arriesgarse a que se le quiebre la voz al decirle esto: "Te quiero. ¿Puedo cogerte la mano? No quiero tener que separarme nunca de ti."
—No nos vamos a separar, tranquilo —le contesta, pero con voz, y con notable intención de zanjar el tema. Ya lo han hablado muchas veces antes, debido a la inseguridad de su amigo.
Alv ha rechazado el que se cojan de la mano, y Sankt se muere de vergüenza y de rabia. Se da media vuelta y con un neutro "buenas noches" cierra los ojos. Está apunto de llorar cuando siente que unos brazos lo abrazan por detrás, y que un cuerpo se pega al suyo. Abre los ojos y se descubre a sí mismo bajo el árbol de siempre, tumbado en el césped de siempre y a Alv abrazado a él por la espalda, como siempre. Ya está soñando.
"Idiota, ¿cómo has podido pensar que te abrazaría en la vigilia?" se dice mientras cierra los ojos de nuevo y deja salir de la cárcel —sus ojos— todos los sentimientos presos —sus lágrimas—.
Me está encantando todos. Pero esta todavía más. :')
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